Noticias y curiosidades desde el Colegio de Montanuy

Había una vez, un pingüino que quería volar. Sus padres y amigos lo tomaban por loco pero él no se rendía; decía que podría volar inventando algún objeto para volar, aunque, ya hubiera inventado miles de cosas como alas de plumas, con las que lo único que consiguió fue caer mas rápido; avionetas de hielo que ni se levantaron del suelo; botas con muelles que, sí, funcionaron… hasta el tercer salto cuándo se desmontaron los muelles; alas de papel, que… ¡no se mató de milagro! Bueno y mas cosas que… mejor no explicar.
Bueno pues… lo que os voy a explicar ahora no conoció el fracaso, tal vez si tú lo pruebas salgas con un fracaso. Pero… en fin, mejor que no lo pruebes.
Todo empezó una simple tarde de un frío invierno. Un invierno, más frío de lo normal, muy frío. Y el aprovechó ese frío para hacer un cohete que pudiera llegar a la luna y ese día dijo:
-Hermanos, hermanas, hoy voy a fabricar una preciosa nave para in volando por el mundo e incluso a la Luna.
A lo que le respondieron:
-¿Te crees capaz de hacer eso?¡Estás loco!
Y le dijeron muchas más cosas.
Él se puso manos a la obra y en 13 horas y 40 minutos acabó su obra maestra.
Se subió y fue a todos los países del mundo: Francia, Portugal, Estados Unidos… ¡Y a la luna!
Volvió y les enseñó fotos de todos los lugares donde había estado y sus hermanos le cogieron una envidia De repente todo oscureció y una voz dijo: “Vamos, despierta”.
Su bonito sueño había terminado.